Newsletter: edición especial de las principales potencias económicas mundiales
EE.UU muestra al mundo su músculo económico esquivando el fantasma de la recesión
La economía de Estados Unidos, potencia número 1 del mundo, lleva meses esquivando el famoso y temido fantasma de la recesión, pero todo ha sido eso, meros fantasmas. Su economía creció en el segundo trimestre con un ritmo superior al del anterior, cifras que tampoco permiten relajarse, dotan de una falsa calma a los consumidores.
Tras agresivas subidas de los tipos de interés, el PIB de EE.UU creció con una tasa anual del 3% entre abril y junio, superando por dos décimas las estimaciones. Los mayores avances en la economía americana los podemos encontrar en las compras de bienes y servicios, así como en sanidad, vivienda, servicios públicos y ocio.
Otro indicador a tener en cuenta es la renta interior bruta que, diferente al PIB, mide los ingresos generados y los costes incurridos en la producción de esos bienes o servicios. En este caso, aumentó en un 1,3% anualizado. Sin dejar de lado a otros indicadores como la inflación, que aumentó su tasa anual al 2,5%, la inflación subyacente subió un 2,8% frente al 2,9% estimado.
Desde la Reserva Federal anunciaron que están empleando grandes esfuerzos en reforzar y dotar de robustez el mercado laboral.
Alemania entra en terreno fangoso y abandona toda esperanza de recuperación económica
Alemania es el corazón y motor económico de la Unión Europea que, tras las consecuencias del COVID-19, así como el agotamiento del barato gas ruso acompañado de una subida general de los tipos, han declinado toda expectativa empresarial.
Desde la pandemia en 2020, la economía germana solo ha logrado crecer un 0,3% en el acumulado, donde la media de la Zona Euro se sitúa en 4,7% para el mismo periodo. Expertos culpan la caída del papel industrial en Alemania como consecuencia directa pero no total del pesimismo económico.
La debilidad de la actividad y la demanda de servicios es en realidad la principal consecuencia, donde han logrado un crecimiento del 1,7% frente al 6,8% de media europea. Otros posibles desencadenantes puede ser la inestabilidad que deriva en una incertidumbre política interna, así como una consecuente fragilidad económica.
Los consumidores muestras miedo frente a las decisiones políticas en Alemania, acompañados de los problemas económicos crónicos que lleva arrastrando durante años, frenando constantemente el impulso subyacente de su economía.
"Tanto tienes, tanto vales": Rusia saca pecho de su fortaleza frente al resto del mundo
Múltiples analistas financieros y geopolíticos calificaron las sanciones a Rusia tras la invasión al pueblo ucraniano de "paralizantes", "debilitantes" y "sin precedentes". Era de esperar que la economía rusa cayera en picado, pero no ha sido así. La guerra continúa y el Fondo Monetario Internacional estima un crecimiento del 3,2% para la economía rusa, cifra que es la mayor de las potencias mundiales actualmente.
Tras el cierre político de comercio con Europa y Estados Unidos, Rusia ha construido y potenciado el mercado con Asia y Sur Global. Sin duda, las sanciones son duras y sin precedentes pero, para el comercio con Europa. ¿Y si ya no comercia con Europa? Pues no sufrirá dichas sanciones, fácil.
Las sanciones provocaron inestabilidad nacional y general, pero Rusia buscó solución a contra reloj, ¡y qué solución! Los líderes del G7 ya trataron de limitar los ingresos obtenidos por Rusia de sus exportaciones de petróleo. Spoiler: no funcionó.
China se ha convertido en el hermano que todos queremos tener: el comercio entre las dos naciones alcanzaron cifras record por valor de 240.000 millones de dólares americanos. La electrónica rusa pasó de una oferta mixta (EE.UU y China) a un mercado electrónico reinado por dispositivos procedentes de los mercados asiáticos.
La economía de China promete a corto plazo, ¿y a largo?
La economía de China ha batido todas las previsiones, con un crecimiento del PIB de un 5,3% de enero a marzo del presente ejercicio, superando con creces la estimación inicial de un 4,8%. Crece en general, pero pierde en lo nacional: el sistema de producción industrial, así como las ventas minoristas fueron aún más lentas de lo esperado.
En cuanto al sector manufacturero, uno de los pilares económicos chinos, aumentó su crecimiento interanual hasta el 6,7%, cuyos segmentos como el tecnológico repuntan esta arteria principal de la economía del país asiático. Las ventas al por menor fueron aún más preocupantes: el crecimiento se ralentizó hasta el 3,1% interanual, frente al 5,1% esperado y el 5,5% anterior.
"No es oro todo lo que reluce"
El crecimiento de China no es regular, todo lo contrario, es irregular y desigual. Frente a los datos de crecimiento más que esperanzadores del primer trimestre, inició y acabó el segundo con un más que notable principio de desaceleración de la economía nacional, sostenida con un "falso llano" a través del impulso de las inversiones extranjeras.
Con un objetivo gubernamental de crecimiento anual del 5%, China afronta un periodo de incertidumbre, apoyando notablemente e impulsando sectores como el del automóvil y equipos electrónicos, así como la renovación y modernización de sus procesos productivos.